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HISTORIA

Apreciados amigos de Sabor Vegano, 


Desde el 2009 iniciamos un proyecto que promueve la alimentación libre de sufrimiento animal, el cual se dedicó a llevar comida a domicilio y prestar un servicio a aquellas personas que se les dificulta encontrar un restaurante vegano cerca a sus lugares de trabajo u hogar. En vista de la fuerte acogida por nuestros productos sin ningún ingrediente de origen animal, decidimos abrir un espacio para que todos los interesados en la alimentación consciente pudieran disfrutar nuestros sabores y recibir la mejor atención mientras compartían con sus familiares y amigos. De este modo, nació la idea de abrir en el 2015 el restaurante Sabor Vegano, ubicado en el sector de Galerías. Con este lugar, sentimos que la idea de promover el veganismo se había materializado un poco más, y el ánimo más las ganas de dar a conocer una alimentación variada y cien por ciento vegetal, fueron el motivo para creer en la posibilidad de un cambio en el que prima la equidad de intereses en todos los seres sintientes. 


En Sabor Vegano, tuvimos la oportunidad de atender a muchos de ustedes, brindarles un ambiente sobrio, cálido y humano. Las personas que llegaban a este lugar nos dieron la mano y abrieron su corazón manifestando su gratitud por no contribuir con el maltrato animal, también, contamos con la fortuna de que muchos de los que iban por curiosidad, luego de probar nuestra comida, tomaron la decisión de no seguir consumiendo carnes y así empezar a transformar sus vidas a partir de una dieta cien por ciento vegetal.

 

Sabor Vegano se convirtió así en un espacio donde se entrelazaron ideas, sentimientos, conocimientos y sabores, asimismo, fue el punto de continua reflexión acerca de nuestra filosofía de vida, llevándonos al constante ejercicio de observar con detenimiento la correspondencia entre nuestras acciones con las ideas que en su momento impulsaron la decisión de abrir un restaurante al público. 


Luego de unos meses de la inauguración de Sabor Vegano, empezamos a tener los controles de Sanidad, los cuales hicieron que nuestra ética vegana entrara a cuestionar qué tan vegano era tener un restaurante bajo aquellos parámetros impuestos por el Estado, ya que algunas de sus exigencias no podían ser acatadas porque nos veíamos obligados a ceder en cuestiones que para nosotros son de vital importancia y respeto hacia los animales. Aunque muchos nos tilden de “extremos” por respetar la vida de cualquier ser que esté dentro del reino animal, sea de la especie que sea, para las entidades de control de salubridad pública, especies como los insectos, arácnidos, roedores y demás, constituyen una amenaza a la salud y son considerados como plagas. Aunque el lugar cuente con un plan de aseo estricto tres veces al día, para este tipo de entidad no es suficiente con que se creen ambientes hostiles que impidan la proliferación de estos animales,sino que se debe acatar la norma tal y como ellos la exigen. Esto significa matar a las arañas, tener a la mano ciertos productos de control como trampas y venenos, y siempre contar con productos de aseo de marcas conocidas, avalas y testeadas. 


Como bien saben, existen alternativas de aseo que ayudan a combatir las bacterias y desinfectan exitosamente tanto alimentos como suelos, paredes, mesas y demás, tal como es la combinación de bicarbonato de sodio, vinagre y limón. Sin embargo, estas opciones por más justificación que tengan, no son válidas para esta entidad pública, por lo que en sus controles siempre había la observación de que si no se tenían este tipo de productos de higiene, el lugar podría ser sancionado o en su defecto sellado por incumplir la norma. Sin embargo, al ser veganos no participamos en la compra de ciertos productos de aseo que son testeados en animales, tales como el clorox, jabones, ride, entre otros. 


Asimismo, en la puerta habían unas telarañas que no afectaba en lo más mínimo el funcionamiento del restaurante y que no quisimos quitar ya que creemos que este tipo de animal ayuda a que otros insectos no entren al lugar, además del respeto que tenemos hacia todas las formas de vida. Por otra parte, como muchos de ustedes lo han experimentado, cuando se opta por una alimentación consciente que no involucre el sufrimiento animal, la relación que se tiene con todas las especies es mucho más amplia y se construyen puentes de comunicación que hacen posible evitar cualquier daño. Nosotros tuvimos varias experiencias así con los insectos por ejemplo, cuando había muchas moscas cerca de la comida, no las matábamos como Sanidad exigía, sino que les hablamos y les pedimos cordialmente que se ubicaran en los depósitos de residuos vegetales ubicados en un lugar que no interfiere en el funcionamiento normal del restaurante y donde nadie, sino nosotros podíamos tener acceso. Al principio, nos causó conmoción ver la reacción de los insectos y aunque a muchos les cause risa y escepticismo, las moscas se dirigían a aquel lugar, comían y en la tarde a la hora del servicio ya no estaban en el restaurante. 


No obstante, todas estas experiencias y modos de concebir el mundo a través de la lupa del respeto por todos los seres habitantes del planeta, no son suficientes para las entidades de control, por lo que nos vimos mayormente cuestionados al no querer comprar productos que afectan el ambiente y la relación que se ha establecido con los animales. Tampoco, estábamos dispuestos a dejar de alimentar algunos perros que pasaban de vez en cuando o ayudar otros seres que merecen nuestra compasión porque según sanidad esto representa un riesgo, y los vecinos se incomodaban por querer ayudarles. Había tardes que luego de prestar el servicio en el restaurante podíamos compartir comida con algún habitante de la calle o algún animal callejero, pero esto también era problema, tanto para los vecinos, como para los residentes del edificio, aún cuando no se dejaba basura ni residuos. Entonces, nos vimos un poco frustrados porque la intención no era la de crear un negocio, sino la de abrir un espacio para dar y ayudar a todos los que llegaran allí.


Siempre hemos sentido que es importante servir y dar, y el hecho de algún día haber tomado la decisión de no comer derivados animales, usar, maltratar o contribuir en el sufrimiento animal, hizo que nuestras manos quisieran extenderse un poco más hacia todos los que están en nuestro alrededor sin importar qué son, cómo son, quiénes son. Es inverosímil que sintamos compasión por un ser de otra especie y que no podamos extender la mano a uno de la nuestra, pero desafortunadamente hay seres que no conciben que uno le de un plato de comida a alguien que lo necesite. Pero creemos que el hecho de haber decidido un día no comer animales, hizo que nuestra mente se liberara un poco de las barreras que se crean con lo demás y ver que en cada ser hay un reflejo de lo que somos. 


Muchas personas podrán tildar a los veganos con adjetivos peyorativos y nosotros sabemos que también lo hemos hecho con aquellos que consumen animales, pero sentimos que el respeto y la sana convivencia es el eje del cambio que tanto anhelamos para nuestro planeta y las próximas generaciones que somos nosotros mismos. No podemos juzgar tampoco las tradiciones con las que crecimos y al contrario, debemos reconocer que por esos hábitos hoy tenemos otros que hacen posible una cooperación en pro del bienestar humano, animal, ambiental y planetario. Sí, somos fundamentalistas y para nosotros no es problema que nos llamen así, antes bien, afirmamos en cada momento el fundamento esencial: la vida, el respeto y el amor. 


Como bien saben, ser vegano no solo es adecuarse a una dieta sin productos animales, sino que implica un ejercicio ético que en cada circunstancia se ve interpelado y que exige respuestas y acciones concretas y afines con el respeto, la compasión y la armonía. Aunque Sabor Vegano, le dio la oportunidad a muchas personas de cambiar sus modos de alimentarse y de ver a los animales, para nosotros lo primordial es el respeto hacia todos y no las ganancias económicas que este genere. 


Sentimos de corazón el haber cerrado las puertas del restaurante, pero nuestra comida sigue y seguirá siendo para todos aquellos que estén interesados en promover el respeto hacia la vida. No hay un lugar de atención, pero todos pueden contar con nosotros y los alimentos que preparamos con tanto amor para llevarlos a su lugar de trabajo u hogar. Creemos que optar por una filosofía de vida vegana es un paso hacia un estado constante de reconocimiento del otro, un modo de romper con los muros que nos enceguecen y crean distancia, indiferencia y división. Sabemos que no es suficiente la tarea y que podríamos hacer mucho más por los animales, los hombres y el planeta, pero por lo pronto, las condiciones de vida actual nos permiten e invitan a estos pequeños cambios que en el futuro serán las grandes acciones y el reflejo de la sana intención por no hacer daño. 


Agradecemos a todos ustedes por haber llegado a nuestras vidas, abrir sus corazones y brindarnos su amistad. Esperamos seguir en contacto y llevar hasta su mesa un alimento feliz. 

Correo: almuerzosveganos@gmail.com / Teléfonos: 732 1183 - 301 268 2164

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